Chiloé: hogar de criaturas mitológicas fascinantes
El equipo del Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales agradece a Pablo Montenegro y Catalina Encina del Museo Regional de Ancud por la gestión de las imágenes que hicieron posible esta nota.
La naturaleza insular, las tradiciones mapuche y el contacto europeo, crearon en Chiloé, un paisaje cultural rico en seres mágicos, poderosos, siniestros con características físicas únicas. Algunos causan pavor no sólo por su aspecto sino también por lo que provocan en quienes logran verlos o tienen contacto con ellos, otros, más benevolentes, pueden mostrarse amigables o incluso ayudar a los humanos, o bien, son entes primigenios tan antiguos que están por sobre el bien y el mal.
Al escuchar o leer estos relatos, es imposible permanecer impávidos, pues tocan nuestras fibras más sensibles que tratan de resguardarse y temen a lo desconocido, ello cautiva nuestro interés e incentiva profundamente nuestra curiosidad.
TENTEN Y CAICAI
El mito de Tenten Vilú y Caicai Vilú nos habla de creación y supervivencia. Según esta narración, dos enormes serpientes tenían poder sobre diversos elementos, Tenten sobre la Tierra y Caicai sobre las aguas. La primera advirtió a los humanos que se avecinaba el peligro, porque Caicai creó una inundación e hizo erupcionar los volcanes. A medida que la catástrofe hacía elevar el nivel de las aguas, Tenten, que era benéfica con las personas, en su afán de protegerlas, hacía que los cerros se alzaran cada vez más. No obstante, fueron pocos los que se salvaron a duras penas. Quienes no lo lograron, se convirtieron en animales marinos y rocas.
La tradición, de origen mapuche, describe estas criaturas como culebras, Tenten tendría cuatro patas, Caicai es capaz de emitir un sonido estridente como un relincho, mientras que Tenten un canto similar al del gallo. Su lucha entre la tierra y el agua habría durado dos generaciones. Caracterizados como seres maravillosos, no obstante, la historia nos habla de la estrecha relación del ser humano con los elementos de la naturaleza y su temor a las catástrofes climáticas, tan enormes como ingobernables, donde las personas, pequeñas e impotentes, quedan indefensas.
EL BASILISCO
El Basilisco se describe como una criatura mezcla de culebra con gallo y a veces murciélago. Se cuenta que nace del huevo puesto por un gallo colorado viejo, de más de siete años, o de una gallina muy vieja. De ese huevo emerge una pequeña serpiente con cresta de gallo y alas de murciélago que es capaz de matar solamente con la mirada. De unos cincuenta o sesenta centímetros de largo, se oculta en cuevas desde donde acecha a sus víctimas, o bien, en lugares cerca de los cimientos de las casas, de donde emerge por las noches a beber la sangre y saliva de los durmientes, a quienes lentamente va secando hasta la muerte. Otras versiones indican que si sus ojos se posan en una parte del cuerpo, como los brazos o las piernas, estos se paralizan y quedan inutilizados de por vida. Para erradicarlo hay que lograr que se refleje en un espejo mágico, artilugio que puede matarlo; o bien mantenerlo alejado con una cruz hecha con ramas espinosas de michay. En el lugar donde decide vivir, surgirán desgracias, una tras otra, hasta que sea expulsado o puedan matarlo.
CUCHIVILÚ
El Cuchivilú es un cerdo con aspecto monstruoso ya que tiene cuerpo de culebra, pero gruñe como puerco y vive en cuevas o en el mar o en lodo de los esteros; se alimenta de peces que consume en las orillas, destruyendo los corrales de pesca. A pesar de sus horribles rasgos, el Cuchivilú no es visible para las personas normales, sólo para los brujos, pero sí puede afectarlos con sus malignos influjos. Se dice que las arenas o el lodo contaminado con sus orines, provoca sabañones o sarna, no se puede utilizar el agua donde ha bebido o transitado, crea peligrosos barrancos de mar y persigue a las chanchas en los chiqueros, que también destruye. Existe un conjuro que permite librarse de los males que contagia, donde la persona afectada debe transar con él y lograr que se lleve las enfermedades a cambio de un botón. Para mantenerlo lejos de los corrales de pesca, se debe realizar una ceremonia especial que denominan “cheputo”.
EL CAMAHUETO
Al igual que el Cuchivilú, el Camahueto es otra criatura con rasgos animales, descrito como un ternero de grandes dimensiones con un cuerno en medio de la frente y una fuerza descomunal que sale por las noches de luna llena, sus cuernos y ojos destellan en la noche con brillos dorados; otros lo describen como un poderoso caballo marino del tamaño de un cetáceo o bien como un enorme ternero con cabeza de chancho y dos colmillos filosos que sobresalen de su hocico. Es un animal criado exclusivamente por los brujos, quienes lo “siembran” para reproducirlo enterrando el cuerno de otro Camahueto en una casa a la que buscan maldecir o en el lodo de sitios pantanosos. El lugar donde esta “siembra” se realiza, comienza poco a poco a generar una corriente de agua que se desborda cuando la criatura alcanza su madurez, entre los 30 y 50 años. En este momento, el Camahueto, convertido en una riada imparable, avanza hacia el mar en una carrera desenfrenada que se lleva todo a su paso. Como el cuerno es su fuente de vigor, los brujos lo atrapan antes que llegue al mar para arrancarselo, para realizar diversos maleficios y provocar “males” a personas y lugares.
EL IMBUNCHE
De forma repulsiva y contrahecha, el Imbunche es otro ser que los brujos crían y mantienen para sus perversos fines. Dicen que puede ser un niño abandonado o muerto a quien ellos reaniman, alimentan con hierbas y carne humana y transforman físicamente, rompiendo sus extremidades para impedirle caminar. Una de sus piernas se adhiere a la espalda, su cabeza se gira hacia atrás, se sacan de sus coyunturas los huesos de hombros, rodillas y caderas y se cosen todos los orificios del cuerpo salvo el ano. Con estas deformaciones, el Imbunche sólo puede moverse dando saltos y depende del alimento que los brujos le proporcionan. De esta forma se convierte en su esclavo, destinado a cuidar las cuevas donde se reúnen para realizar sus rituales, impidiendo la entrada de cualquier forastero. Tampoco puede hablar, sino que emite ruidos desarticulados similares a ciertos animales o bien, sonidos guturales. En ocasiones los brujos lo obligan a participar de sus correrías, es entonces cuando las personas deben cuidarse de oír sus gritos, que acarrean diferentes males e incluso la muerte. Una vez que un Imbunche muere, los brujos usarán sus restos para elaborar pociones mágicas.
EL TRAUKO
Terror de las mujeres en edad fértil, especialmente las adolescentes, el Trauko es una de las criaturas más conocidas del imaginario chilote. Dotado de una inagotable potencia sexual, pero de un repulsivo aspecto, este ser, pequeño como un enano, viejo, con pies como muñones y manos con tres dedos como garfios, se dice que de su rostro penden barbas como enredaderas y su cuerpo es robusto, con gran fuerza física. Se viste con quilineja y voqui, usando un poncho, pantalón y un sombrero cónico, además lleva un bastón y un hacha pequeña, por las noches porta una diminuta luz de color verde. Recorre los bosques profundos en busca de mujeres, a quienes seduce, haciéndolas caer en sus brazos sin resistencia, las adormece para aprovecharse de su inocencia porque las prefiere muy jóvenes y vírgenes, por ello es considerado, padre de muchos niños que nacen de madres solteras. Así como gusta de las mujeres, odia a los hombres y a los niños, a quienes maldice lanzando un “aire” que les provoca parálisis, tortícolis, jorobas, reumatismo e inflamaciones. Para alejar al Trauko, se dice que profiriendo insultos, ajo, carbón o dos cuchillos en cruz, entre otros métodos es posible ahuyentarlo.
LA FIURA
De la Fiura se dice que es compañera del Trauko o quizás su forma femenina, aunque se menciona que sería hija de La Condená, mujer maldita que en su juventud disipada hizo gala de todos los placeres y depravaciones, y que ahora, en su vejez muestra en su cuerpo las desagradables consecuencias de su vida libertina y libidinosa. La Fiura tendría cabellos largos y enmarañados de color negro, ojos brillantes como el fuego, con ropas de ñocha de rojo encendido. Su objetivo es engatusar y seducir a los hombres jóvenes con quienes mantiene tratos carnales y roba su aliento vital, que les provoca debilidad, dolores de huesos, así como afecciones urinarias de diversa índole. Para lograr su propósito se disfraza temporalmente como una joven hermosa y complaciente, pero se descubre su influjo gracias a los males que provoca con su aliento pestilente que no sólo afecta a los humanos sino también a los animales, generando deformaciones, torceduras e incluso la muerte. Según la tradición, el palqui y el ajo son efectivos para sanar las dolencias que produce y mantenerla alejada de los hogares.
LA VOLADORA
Otro de los seres de características femeninas es La Voladora, mujer hija de brujos que tiene la capacidad de convertirse en ave después de utilizar una poción especial que le permite escupir sus propias entrañas, aligerando su cuerpo y logrando con ello la transformación en cuervo de mar, garza huairavo o gaviota. Debe conservar cuidadosamente las tripas que ha expulsado para poder volver a su forma humana habitual, para lo cual los guarda en una olla que esconderá entre el rescoldo para mantener la temperatura. Si estos órganos se enfrían o son comidos por algún animal, La Voladora perderá sus poderes y eventualmente morirá. Su función es ser la mensajera de los brujos y mantener vigilancia sobre personas agonizantes que fueron maldecidas; en su lecho de muerte, se dice que es posible oír su estridente y aterradora carcajada. Tal como el Tuetué de la Zona Central, se cuenta que puede maldecir e incluso matar a quienes le hacen una promesa que no se llega a cumplir.
LA PINCOYA
Finalizamos esta nota con la Pincoya, criatura que habita las aguas, con el aspecto de una mujer hermosa y alegre, vestida con algas, portando una cesta colmada de alimentos marinos, que se deja ver en las noches de luna llena. Se dice que fue la hija de un cacique, sacrificada para apaciguar las aguas o bien de otros seres primigenios de la mitología marina. De lo que se tiene más certeza, es que gobierna las aguas y tiene potestad sobre los peces y las mareas. De esta forma, según su criterio, puede ser benéfica o mezquina con los pescadores y mariscadores. Si danza mirando al mar, la pesca será fructífera, pero si se vuelve a mirar hacia tierra adentro, habrá escasez. Es más amigable con las mujeres, especialmente las jóvenes de quienes prefiere las ofrendas y siembras mágicas, pero de la misma forma, siente celos de ellas si se adentran en el mar, pudiendo hacer que huyan todos los peces. Es también parte de su carácter compasivo, ayudar a los náufragos y guiar a los muertos hasta el Caleuche. Puede encapricharse también con algunos pescadores a quienes seduce para luego dejarlos libres y llenos de regalos.
¿Conocías estos relatos? Puedes saber más sobre la mitología chilota revisando los textos de Renato Cárdenas y Oreste Plath disponibles en Memoria Chilena y las ilustraciones de Ricardo Badtke que forma parte de la colección del Museo Regional de Ancud, disponible en SURDOC.