
La tradición del escapulario de la Virgen del Carmen se centra en la devoción mariana y la consagración a la Virgen María mediante el uso de este pequeño hábito carmelita en miniatura, compuesto por dos piezas de tela unidas por cordones, que se lleva sobre el pecho y la espalda. Se cree que la Virgen María se lo entregó a San Simón Stock en 1251, prometiendo protección contra el fuego eterno a quienes lo lleven. El escapulario es impuesto por un sacerdote o religioso carmelita con una breve oración. Se recomienda usarlo continuamente, incluso bajo la ropa. No es amuleto de buena suerte, sino un signo de fe y devoción.
Hoy te presentamos el escapulario que perteneció al Padre de la Patria Don Bernardo O’Higgins Riquelme, quien fue un devoto de la Virgen del Carmen, resguardado entre las colecciones del Museo Regional de Rancagua.
Texto: Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales
Imagen: SURDOC ID 10-213