El origen de esta representación proviene del latín ‘praesēpe’, que significa pesebre, establo o lugar donde se encierra el ganado, el primer pesebre como representación viva, se le atribuye a San Francisco de Asís, el santo de la humildad y de la pobreza, en la Navidad de 1223, en el pueblo de Greccio, Italia.
Esta tradición se popularizó por la Europa Cristiana y evolucionó de escenas vivientes a imágenes estáticas de madera y cerámica actuales, se añadieron otras figuras como los Reyes Magos (Melchor, Gaspar, Baltasar) guiados por la Estrella de Belén, que simboliza la supremacía de Dios y ángeles, que significan la adoración universal y los regalos divinos.
Los elementos principales del pesebres son, el Niño Jesús, que siempre ocupa el centro de la escena y simboliza su llegada al mundo en pobreza. La Virgen María y San José, los padres de Jesús, representan a la Sagrada Familia. El buey y el burro encarnan a toda la creación adorando al Niño Jesús, dando calor al pesebre , mientras que los humildes pastores, son los primeros en llegar a adorar al Niño.
Esta obra, registro Surdoc 97-100 El Niño Jesús adorado por los ángeles, de autor desconocido es del siglo XVII y pertenece a la colección del Museo del Carmen de Maipú.
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